Wednesday, July 31, 2013

Mick Jagger / Las relaciones sexuales con David Bowie y Carla Bruni

Carla Bruni

El músico Eric Clapton descubre 

los secretos de su relación 

con Carla Bruni

El cantante Eric Clapton acaba de publicar sus memorias, "Clapton. La autobiografía", en las que ofrece una crónica de su vida profesional y personal. Habla de su amor por Pattie Boyd, que le llevó a la desesperación y la heroína, de la muerte de su hijo, Connor, que se precipitó al vacío por una ventana con cuatro años y de la relación que mantuvo con Carla Bruni, la actual novia del presidente francés Nicolas Sarkozy.
Madrid, 26 de enero de 2008

Es uno de los grandes iconos de la música y acaba de publicar sus memorias, "Clapton. La autobiografía" (Global Rhythm), en las que ofrece una crónica de su vida profesional y también personal. Habla de su amor por Pattie Boyd, que le llevó a la desesperación y la heroína. Y de la muerte de su hijo, Connor, que se precipitó al vacío por una ventana.
Eric Clapton y Carla Bruni
Nueva York, 1989

Pero lo más interesante, por la actualidad del tema, llega en la página 243, dedicada a la actual novia del presidente francés, Carla Bruni. Dice que la conoció en Nueva York: "Parecía que yo le gustaba. Empezamos a salir y en poco tiempo estaba obsesionado con ella". Hasta que se la presentó a Mick Jagger e "iniciaron un amor clandestino. Carla tenía tendencia a cambiar de hombre rápido". Y termina: "Más tarde sentí gratitud y compasión hacia Mick, por librarme de una condena segura y porque sufrió en su servidumbre la misma prolongada agonía".
EL IMPARCIAL








Las relaciones sexuales 

de Mick Jagger 

con David Bowie

 y Carla Bruni

Una nueva biografía sobre el cantante revela 

sus secretos amorosos

Una nueva biografía sobre el cantante Mick Jagger escrita porChristopher Andersen revela las supuestas relaciones sexuales que el líder de los Rolling Stones tuvo en el pasado con otro icono de la música, David Bowie, y con la exmodeloCarla Bruni, publica hoy el diario The New York Daily News.
Ese rotativo neoyorquino publicó hoy un extracto de «Mick: The Wild Life and Mad Genius of Jagger», escrito por el mismo autor de otras escandalosas biografías de famosos como las deMadonnaMichael JacksonJacqueline Kennedy o la princesa Diana de Gales.
Según los extractos del libro publicado por el Daily News «Mick Jagger y David Bowie estaban fascinados el uno por el otro, como artistas y como hombres. Jagger era cuatro años mayor que Bowie, y Bowie era la nueva estrella en alza».
Las dos estrellas, según publica el diario en esos fragmentos del libro, se conocieron en 1973, en la época en que Bowie triunfaba con su personaje de Ziggy, enfundado en unas mallas y maquillado en dorado, y tenía como compañero sentimental a «Scott».
Jagger, que invitó a la pareja a un concierto, hotel y botella de champán incluidas, «era todavía tímido sobre sus preferencias sexuales, pero Bowie no ocultaba que él y su esposa (Angie) eran bisexuales y compartían novios«, dice el diario.
«A Bowie y Jagger se les veía juntos sin sus esposas: en un combate de boxeo entre Mohamed Ali y Ken Norton, saliendo de la discoteca Tramp de Londres, de los conciertos de Diana Ross o juntos en el sofá de un hotel», publica el diario sobre esa biografía del intérprete de «Dancing in the Street», precisamente un éxito de 1985 junto a Bowie.
El intérprete de «Under Pressure» (1981) «llevó a Mick a ver películas gay», según ese libro, que revela que en 1973 la sirvienta de los Bowie dijo a Angie que había «alguien en su cama. Angie subió las escaleras, abrió la puerta de la habitación lentamente, y vio a Mick Jagger y David Bowie, desnudos y juntos en la cama».
El libro menciona que no se produjo ninguna escena de celos entre los Bowie y que «Mick se quedó en silencio», además de que aunque ella se sintió triste, algún tiempo después bromeó sobre la escena y señaló «que estaban escribiendo Angie cuando les pille juntos en la cama».
También se menciona que el mismo Jagger intentó posteriormente y sin éxito, seducir a Angie Bowie, mientras que su «examante Marianne Faithfull, no tuvo dificultades y mantuvo una relación con Bowie en 1973, justo cuando parecía que la relación entre ambos (hombres) estaba en su punto más intenso».
En el libro, según dice el diario, se recoge el testimonio de la cantante Ava Cherry, que compartió cama con los dos cantantes y a los que aseguró que los «vio teniendo sexo entre ellos», que tenían una relación también emocional y «prácticamente vivieron juntos varios meses».
En esa misma obra biográfica firmada por Christopher Andersen se habla también de otras relaciones del famoso rockero, hoy de 68 años, como la que tuvo en los noventa con la entonces modelo Carla Bruni, que tenía 23 años y era la amiga de Eric Clapton.
Clapton, según el extracto publicado por el Daily News de ese libro, le pidió a Jagger «que ya había intentado sin éxito salir con su exesposa Pattie Boyd Harrison Clapton, que se mantuviera lejos de ella».
«Por favor Mick, no con ésta. Creo que estoy enamorado», pidió Clapton a Jagger, lo que al parecer no tuvo efecto en el líder de los Rolling Stones, casado entonces con la modeloJerry Hall, pues pocos días después «empezaron lo que Clapton llamó una aventura clandestina» y que sumió en la tristeza al cantante.
El libro revela que en aquellos años quien después fuera la primera dama de Francia por su matrimonio con el presidenteNicolas Sarkozy también «había tenido una aventura con el príncipe Dimitri de Yugoslavia y se paseaba con Donald Trump en Nueva York», quien entonces salía con otra modelo, Marla Maples.
Otra de las revelaciones contenidas en esa biografía es que después del nacimiento en enero de 1992 de una niña del matrimonio Jagger-Hall, el cantante se fue de vacaciones con Bruni a Tailandia, y con ella tuvo supuestamente una relación intermitente de varios años y causa, en parte, del divorcio con la texana Jerry Hall.
En el mismo libro también se desvela que Jagger supuestamente persiguió durante dos años y sin éxito aAngelina Jolie, casada en los noventa con Johnny Lee Miller, y respaldado por la madre de la artista, la fallecida Marcheline Bertrand.



Un recuento de los inesperados
amantes de Mick Jagger

Marisol Herrera de la Riva @solescitta
Viernes 26 de julio de 2013 a las 16:50
Desde la princesa Margarita hasta Angelina Jolie pasando por Carla Bruni el vocalista de los Rolling Stones presume hasta 4 mil amantes que recordamos hoy en su cumpleaños número 70.

Una de las leyendas vivas del rock and roll llega a los 70 años de edad con un impresionante historial amoroso. Que Mick Jagger fuera todo un rompecorazones no es ningún secreto, pero qué nombres integraron la lista de sus conquistas sí lo es, o al menos lo fue, hasta que el autor Christopher Andersen revelara en su última biografía “Mick: The Wild Life and Mad Genius of Jagger” (2012) las famosas mujeres y hombres que entablaron tórridos romances con el rockero.

Mick Jagger
El rockstar

El primer affair en salir a la luz el año pasado fue el del Rolling Stone, de 68 años, con David Bowie.
Según la publicación, en octubre de 1973 Angie Bowie regresaba de viaje cuando la persona que le ayudaba en su casa le recomendó no subir a su cuarto, la entonces esposa de Bowie subió y encontró a los dos cantantes desnudos en la cama.
“Ah hola”, dijo David, “¿cómo estás?”
“Estoy bien”, contestó la rubia, “¿quieres un poco de café?”. Más tarde les subió café y jugo de naranja, el amorío fue demasiado obvio pero Angie no tenía nada más que hacer.
“Aunque me importó, no tenía mucho que hacer”, de hecho la rubia bromeaba con la anécdota diciendo, “estaban escribiendo la canción de Angie cuando los caché”.
También afirmó que ella hubiera deseado estar en la cama con Mick por su “salvaje fama de amante”.
Tiempo después la corista de Bowie, Ava Cherry, quien también estableció relaciones sexuales con el dúo declaró:
“Mick y David estaban sexualmente obsesionados el uno con el otro”.

Mick Jagger
Eric Clapton y Carla Bruni

La primera dama

Jagger gustaba de fijarse en las parejas de sus amigos para convertirlas en sus nuevas conquistas. Fue el caso de Eric Clapton que en el 1991 salía con la entonces modelo, de 23 años, Carla Bruni.

“Por favor no con ésta Mick, creo que estoy enamorado”, suplicó Clapton. 

Pero con el transcurso de los días el amorío clandestino entre el chico malo y la ex primera dama de Francia fue inevitable. Éste no fue un impedimento para que el vocalista de los Rolling Stones contrajera nupcias en Balí con quien ahora es la madre de sus hijos, Jerry Hall.
La modelo británica decidió no prestar atención a los rumores de las infidelidades pero luego de un año explotó y le exigió a Jagger terminar con el affair, la respuesta no fue la esperada por lo que terminó pidiéndole perdón a su esposo y a cambio éste le regaló una mansión con vista al río Tamesis valuada en 2.6 millones de libras esterlinas.
Cuando nació su tercer hija, Georgia May Jagger, Mick escapó con Bruni a Phuket negando todo a la prensa.
“Apenas y conozco a ese hombre, a lo mejor alguien esta pretendiendo ser yo”, dijo la italiana.
Pero no fue hasta que Jerry descubrió un mensaje en código que decía: “Seré tu amante por siempre”, que se desataron una serie de escándalos que incluyeron llamadas por teléfono y un enfrentamiento en el Ritz de París, donde las dos modelos se gritaron.

Finalmente Jerry y Mick se separaron para meses más tarde recuperar su relación, momento en que Bruni decidió hacerse a un lado y tener uno que otro encuentro en viajes. 


Mick Jagger
Mick Jagger y la princesa Margarita


La princesa

La antipatía que siente la Reina Isabel II por Mick Jagger no es en balde pues además de su mala fama, su múltiples arrestos por posesión de drogas  y su intento por evasión de impuestos, su cercana amistad con la princesa Margarita no era un plus.

Aunque nunca se confirmó, era bien sabido; la inclinación de Margarita por los hombres jóvenes, las frecuentes llamadas telefónicas entre el par y la preferencia del cantante por las mujeres con poder.

En una constante la aristócrata invitaba a Jagger a fiestas y la más sonada fue aquella donde se sirvió una bandeja de brownies que contenían hachís, Margarita fue internada de inmediato por “intoxicación  alimentaria”.

Mick Jagger
Angelina Jolie & Mick Jagger

La que le sacó la vuelta

Entre tantas amantes ninguna le pareció tan atractiva como Angelina Jolie pues su personalidad reflejaba peligro y misterio.

“Me da miedo un poco, me gusta eso”, afirmó Jagger.

Se conocieron cuando la actriz participó en la grabación del video del los Rolling Stones, “Anybody Seen My Baby?", cuando Angelina estaba casada con el actor británico Jonny Lee Miller pero también tenÌa una relación extra marital  con el actor Timothy Hutton.

Jagger convenció a Jolie de escaparse con él un fin de semana a Florida sin embargo la estrella quedó poco impresionada.

El vocalista no dejó de insistir abriendo paso a un romance que duró alrededor de dos años.

Entre otros de los amores con quienes se dice el cantante estuvo involucrado se encuentran quien fuera la musa de Andy Warhol, Edie Sedgwick; la fallecida Farrah Fawcett; la ex esposa de Paul McCartney, Linda; la cantante Tina Turner y la actriz Uma Thurman.











Monday, July 29, 2013

Jerry Hall / Carla Bruni no tuvo la culpa de mi separación

Mick Jagger y Jerry Hall

Jerry Hall

"Carla Bruni no tuvo la culpa 

de mi separación"

Jerry Hall, exmujer de Mick Jagger, habla sin tapujos de su pasado con el líder de los Rolling Stones





La exmodelo y actriz Jerry Hall, el martes en Madrid. / GTRES
El bolso es “el mejor complemento” en el que puede invertir una mujer, y “Mick Jagger era muy bueno comprándolos”, bromeaba anoche en Madrid Jerry Hall, una de las exmujeres del vocalista y líder de los Rolling Stones. Aunque no dejan de ser un accesorio, por eso, Hall prefirió presentarse ante la prensa con los labios pintados de rojo y un vestido blanco de Versace estilo años veinte. Viajó hasta la capital para reivindicar que la ropa es divertida pero los complementos dan a una mujer un aspecto mucho más interesante. A sus 55 años, no ha dejado de fascinar por su estilo y sigue siendo un reclamo en el mundo de la moda.
A la también actriz no le importó aclarar dudas sobre su pasado. Pidió que no se culpara a Carla Bruni por el final de su matrimonio con Jagger. “La única responsable fue la modelo brasileña, Luciana Giménez, con la que tuvo un hijo cuando aún estábamos casados” explicó sin perder la sonrisa. Hall, que visitó la capital española para presentar un homenaje a los accesorios icono de la moda del centro comercial Las Rozas Village, tampoco rehuyó hacer comentarios sobre la portada de Playboy en la que apareció su hija Elizabeth, de 28 años, conocida familiarmente como Lizzie. La actriz se mostró encantada con que le tome el relevo.

Jerry Hall y Mick Jagger

Carla Bruni no tuvo la culpa de la ruptura de mi matrimonio con Mick Jagger, explicó sin perder la sonrisa
“Es muy sensata y la publicación se cuidó muchísimo. Lizzie es una señorita”, y afirmó no haberle dado ningún consejo. Hall protagonizó una portada en la misma revista en 1985, un año después de haber dado a luz a su hija. La modelo tuvo cuatro hijos con el cantante, Elizabeth, James, Georgia, y Gabriel, quienes han heredado el gusto por la moda y el arte. Los mayores, Elizabeth y James se dedican al mundo de la interpretación mientras que Georgia, afincada en Londres, estudia fotografía donde ya ha organizado alguna exposición.

The Rolling Stones, el álbum de debut de la banda británica, se editó un día como ayer hace 48 años. Desde entonces muchas mujeres han pasado por la vida de los miembros de la banda, pero ninguna ha sabido rentabilizarlo tanto como Jerry Hall. La modelo lleva una vida tranquila en Londres. La mayor parte del tiempo lo dedica a pasear, practicar yoga o a la jardinería. Actuar le divierte porque “me encanta que me digan lo que tengo que hacer”. En 2000 dio vida a la señora Robinson en la versión teatral de El graduado, papel  por el que recibió buenas críticas. Hasta ahora no se había animado a subir a las tablas. En agosto estrenará en Dublín una obra de teatro Love Letters, del dramaturgo norteamericano A.R Gurney.
La pieza representa una historia de amor muy poética sobre una pareja que nunca ha dejado de quererse y cuando se hacen mayores vuelven a encontrarse. Mientras prepara su estreno, Hall no deja de entretenerse amadrinando eventos como el de anoche, en el centro comercial Las Rozas Village, cercano a Madrid. Hall lleva un estilo de vida mucho más relajada que en su época de Studio 54, del que afirma guardar un bonito recuerdo pero del que no siente ninguna nostalgia.

Jerry Hall y Mick Jagger

 Jerry Hall: My Life in Pictures

3 Febrero, 2011
By Tamara Martin

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Jerry Hall and Mick Jagger in Jamaica, 1979 by Johnny Pigozzi
From a little town in Texas to being discovered by an agent in Saint Tropez and then start moving among the most exclusive elite including the likes of Andy Warhol, Grace Jones, Helmut Newton. Model and muse, from her engagement with Bryan Ferry to becoming the mother of Mick Jagger’s four children. The American model gathers now in Jerry Hall: My Life in Pictures the most representative images of her career.

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De un pequeño pueblo de Texas a ser descubierta por un agente en Saint Tropez y entonces empezar a moverse entre la elite más exclusiva incluyendo nombres como Andy Warhol, Grace Jones or Helmut Newton. Modelo y musa, de su compromiso con Bryan Ferry a convertirse en la madre de los cuatro hijos de Mick Jagger. La modelo estadounidense recoge ahora en Jerry Hall: My Life in Pictures las instantáneas más representativas de su carrera.

Jerry Hall y Mick Jagger

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 Helmut Newton and Jerry Hall in Cannes, 1983 by David Bailey

Jerry Hall y Andy Warlhol
Nueva York, 1977


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Lea, además

Carla Bruni / No me interesa el poder

Carla Bruni

Carla Bruni

'No me interesa el poder'

Por Daniela Mohor W
27 de julio de 2013


'No me interesa el poder': Carla Bruni
Carla Bruni, hoy con 45 años, se alejó de los escenarios durante su paso como primera dama por el Elíseo.

Charla en clave íntima con la ex primera dama francesa, quien volvió a su faceta de cantante.

Es 3 de julio, pleno verano en Europa, pero mientras la mayoría de los franceses comienza sus vacaciones, Carla Bruni trabaja en la promoción de su último disco, Little French Songs, que marca su regreso a la música desde el final del mandato de su marido, el expresidente francés Nicolás Sarkozy, a quien acompañó en el Palacio del Elíseo durante cuatro años y medio. La ex primera dama lo ha dicho en varias ocasiones: alejarse del Elíseo “fue un alivio”, porque su verdadero trabajo –asegura– es la música.
–Yo nunca tuve poder –afirma con una voz alegre y liviana, pero a la vez elegante y sobria, al otro lado del teléfono–. El poder que tuvo mi marido nunca lo usé para nada, ni abusé de él. No me interesa, no es mi profesión. No me gusta. Creo que a los seres humanos les atrae el poder, pero cuando uno lo ve de cerca se da cuenta de que es algo artificial. Yo prefiero una posición más normal, al lado del común de la gente.
Little French Songs es un disco que Bruni quiso que fuera gracioso, entretenido, como la canción que inspiró su título y que ella entona mitad en francés, mitad en un inglés marcado por un acento galo exagerado. Pero no todos entendieron ese humor. Uno de los temas, titulado Mon Raymond, ha sido leído como una clara oda a su marido. Pero más resquemor causaron los versos de Le Pingouin, una canción en la que critica a la gente desagradable y descortés. Muchos vieron ahí un retrato impertinente del presidente socialista François Hollande, algo que ella ha negado una y otra vez.
–Usted dijo que era “una canción un poco agresiva, una respuesta a cada agresión a la cual no había sabido responder” y que encontraba que, pese a ser privilegiada, la vida era “feroz”. ¿En qué la encuentra feroz?
–Para mí la ferocidad de la vida está en todas las cosas esenciales a las que nadie escapa, sea cual sea su posición social, la suerte o los privilegios que pueda tener. Somos iguales frente al amor, frente a la soledad y frente a la enfermedad, por ejemplo. Para mí, la ferocidad de la vida se ubica ahí, en las cosas del destino o del azar que pueden pulverizar nuestras vidas. Tener a alguien enfermo, tener hijos que no están bien, son tragedias a las cuales muy poca gente escapa. Varias veces me tocó atravesar esos momentos, y son realmente malos ratos de la vida.

Carla Bruni
* * *
Bruni y Sarkozy se conocieron en el 2007 en una comida organizada por un amigo común para presentarlos. Una cita a ciegas “no tan a ciegas”, como ha dicho la cantante. El flechazo fue inmediato y tres meses después, en febrero del 2008, contrajeron matrimonio en una ceremonia privada en el Elíseo. Ella tenía un hijo, pero nunca se había casado. Él contaba con dos divorcios anteriores.
Atrás quedaron los años en que la modelo desfilaba para los grandes diseñadores, se codeaba con Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Linda Evangelista. También los tiempos en que posaba para atrevidas fotos y coleccionaba relaciones con estrellas del cine y de la música. Al casarse con el entonces presidente de Francia asumió su rol de primera dama con sobriedad. Y también empezó a tener que contestar preguntas incómodas. “Se han escrito muchas cosas de usted: que es una cantante exitosa, una femme fatale, una adúltera”, le dijo entre otras cosas la periodista estadounidense Barbara Walters, poco después de su matrimonio. Por eso, Bruni reconoce que distanciarse de lo que se dice de ella fue un gran aprendizaje durante estos años.
–Me desapegué bastante rápido de mi imagen, justamente porque no podía controlarla. Y creo que esa es la solución: disociar tranquilamente. Imagínese que está delante de un espejo y que mira su reflejo. Y que yo llego por detrás y tiro una piedra sobre el espejo. O que tiro una flor. Ni la flor ni la piedra la tocan. Solo a su reflejo.
–Usted ha dicho estar en psicoanálisis y buscar más sabiduría...
–Es que me gustaría no adquirir solo arrugas con los años (risas). Quisiera que vinieran con algo más; con sabiduría. Siento que esa es la palabra para la edad adulta. El no interesarse tanto en la apariencia física porque, francamente, yo hice de la apariencia física mi trabajo durante años, pero ahí no está la clave de la existencia.

Carla Bruni
* * *
Desde su matrimonio con Sarkozy, Bruni tiene la nacionalidad francesa, pero nació en Turín en una adinerada familia que se instaló en París en los 70. Creció en un ambiente culto en el que la música predominaba. Su padre era compositor; su madre, pianista.
–Era un universo musical muy fuerte, porque mis padres trabajaban en casa. Mi padre componía en la mañana y mi madre tocaba su piano toda la tarde. La música era un miembro más de la familia.
Alrededor de los 9 años, recibió su primera guitarra. Y empezó entonces a cantar.
–Cantaba las canciones que he escuchado desde siempre: las de los Beatles, las de Brassens... Mi guitarra fue realmente el detonante. Durante mucho tiempo también compuse, sin hacer nada con esos trabajos. Fue al querer editar mi primer álbum cuando las cosas se precisaron.
La muerte de su padre, en 1996, y luego la de su hermano, quien falleció en el 2006 tras años de lucha contra el sida, fueron quiebres que la marcaron.
–¿En qué se ha apoyado durante los momentos difíciles?
–Uno se apoya en los demás y en su propia fuerza. Uno intenta enfrentar la situación. Tengo bastante fuerza, pero veo que todos nos sentimos un poco desprovistos frente a situaciones como esas.
–En ese sentido, ¿la música es un refugio?
–Un gran refugio, una solución, una respuesta, un alivio...
–¿Qué siente cuando compone?
–Algo misterioso, y creo que esa sensación es lo que más me gusta en el mundo. Cuando canto siento algo que no tiene nada que ver con la vida común y corriente. Cantar es un una especie de rezo.
Por estos días, también canta canciones de cuna. Lo hace para su hija, Giulia, quien nació en octubre del 2011, tras un embarazo que ella califica de “milagroso” por haber ocurrido a sus 43 años.
–Usted ya tenía un hijo. ¿Cómo fue la llegada de una niña?
–Siento una gran diferencia. Tengo la impresión de que los hombres son más frágiles que nosotras. Entonces, desde el nacimiento de mi hija, tengo mucha confianza en ella. Confío mucho en mi hijo también, pero a él lo protegí más. Es muy sorprendente porque los hombres son fuertes, pero tienen una fragilidad profunda, quizás un orgullo profundo.

Carla Bruni
* * *
Al salir del colegio, en París, Bruni entró a estudiar arquitectura, carrera que abandonó rápidamente para dedicarse al modelaje. Ganó fortunas, recorrió el mundo y entró a la liga de las supermodelos de los 90.
–Usted fue independiente desde muy joven, ¿se le hizo difícil mantener esa independencia durante la presidencia de su marido?
–La verdad es que no. Cuando uno es independiente no necesita afirmarlo. La independencia es un hecho. Y está, sobre todo, relacionada con el tener un trabajo y no depender de nadie para subsistir. Eso es indiscutible, no es algo psicológico. Yo trabajo desde que tengo 18 años, estoy acostumbrada a la independencia más profunda.
–¿Pero no siente que sacrificó parte de su espontaneidad?
–No. En la intimidad conservé exactamente el mismo carácter. Las apariciones públicas no dejan espacio para la psicología personal. Ser primera dama es una posición mucho más importante que la persona en sí, está vinculada a todo un país. En esas situaciones no hay que pensar en sí misma, solo hay que ser reservada y no llamar la atención. Pero soy muy espontánea, muy conversadora, mis amigos pueden decirlo.

Carla Bruni
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Bruni ha escuchado y escucha mucha música: los cantantes franceses e italianos que poblaron su infancia, pero también pop; intérpretes como Leonard Cohen y Bob Dylan; divas del jazz como Billie Holiday y Ella Fitzgerald; y country girls como Dolly Parton.
–Me he inspirado en muchas mezclas distintas, aunque yo haga música folk, es decir, una guitarra, una voz y poco más.
Cuenta que escribe sus canciones en cuadernitos de notas, casi siempre de noche, y registra las melodías que se le ocurren en una grabadora o en su celular.
–Luego, cuando empiezo a trabajar en un álbum, trato de unir ciertos versos con algunas melodías o, si tengo letras, les busco una melodía o viceversa.
Aunque está estrenando álbum, dice tener varias canciones más en sus cuadernos de notas. Pero aún no empieza a trabajar en otro disco porque está empeñada en preparar la gira que hará por Francia y Europa a partir de octubre. El próximo año espera presentarse en Latinoamérica.
–En su opinión, ¿a cuál de sus talentos se debe su éxito?
–Creo que el éxito viene de la suerte. No tengo la impresión de tener un talento especial, o quizás tengo el talento de saber tomar una oportunidad cuando la veo. Hay tantos genios que no han sido exitosos y tantos mediocres que lo son, que no creo que sea un asunto de talento.




Su cuarto álbum
‘Little French Songs’ es el cuarto álbum de estudio de Bruni, después de ‘Comme si de rien n’était’ (2008), ‘No Promises’ (2007) y ‘Quelqu’un m’a dit’ (2002). De sus 13 canciones, 12 fueron compuestas por ella.
DANIELA MOHOR W.
El Mercurio (Chile)




Lea, además

Sunday, July 28, 2013

Mick Jagger / Setenta años

Mick Jagger


FELIZ CUMPLEAÑOS, 

SU SATÁNICA MAJESTAD

Los 70 años de Mick Jagger: 

entre la gloria y el fracaso


La voz eterna de los Rolling Stones cumple siete décadas sin cumplir sus grandes sueños: alcanzar el estrellato y vender discos en solitario y triunfar como actor


Por Diego A. Manrique, El País,  26 JUL 2013 - 01:19 CET



Jagger, durante el concierto de los Rolling Stones en el último festival de Glastonbury. / MATT CARDY (GETTY IMAGES)
Mick Jagger tenía 25 años cuando grabó la canción que resumiría su trayectoria profesional. You can’t always get what you want enhebra viñetas de su cotidianidad en 1968: mujeres peligrosas, manifestaciones violentas, drogas duras. Pero lo que queda en la memoria es el majestuoso estribillo, amplificado por el London Bach Choir: “No siempre puedes conseguir lo que quieres/ pero si lo intentas, a veces podrías descubrir que/ consigues justo lo que necesitas”.
Asombra la carga profética de la letra. En el año de la Revolución, Jagger adelanta las decepciones políticas, avisa que la heroína se va a cobrar un altísimo precio, sugiere ajustar a la baja nuestras expectativas. Y lo dice alguien que, en ese momento, parece tener el mundo en la palma de la mano.
En 1963, Michael Phillip Jagger había acudido a su tutor en la London School of Economics para solicitar un año sabático: “tenemos un grupo musical y me gustaría probar, con la tranquilidad de saber que me reservarían mi puesto si necesito volver”. Era buen estudiante y se le aseguró que podría reincorporarse: “Le entiendo, Mister Jagger, yo también viví mi época bohemia”.

Más que una aventura bohemia, Jagger pretendía ser un misionero, difundir la buena nueva del rhythm and blues, aquella música afroamericana que en Europa era patrimonio de minorías. Lo que nadie podía imaginar es que, siguiendo la pista de los Beatles, se lanzarían a componer unas canciones que atraparían la imaginación de su generación, a ambos lados del Telón de Acero. Cantos de frustración (Satisfaction), reclamaciones de independencia (Get off of my cloud), retratos ácidos de los adultos (Mother’s little helper), patologías del presente (Paint it black)...
De repente, ya no eran simples melenudos, aptos para ser ridiculizados. Se habían convertido en cabecillas de una masa amenazadora, vagamente conocida como La Juventud. Potencialmente, poseía peso político: Tom Driberg, una de las luminarias del Partido Laborista, se empeñó en alistar a Jagger, garantizándole un puesto en el Parlamento.
Claro que su elegibilidad quedó afectada por los sucesos de 1967. Detenido en una redada antidrogas en la casa campestre de Keith Richards, le cayeron tres meses. Salió de la cárcel gracias a un editorial de The Times, que denunciaba la malévola venganza del establishment. Jagger aprendió la lección. Consumiría porros y rayas durante las siguientes décadas pero evitaría los opiáceos y, en general, preferiría no comprar: tomaba lo que estaba disponible. Y alrededor de los Stones se disfrutaba del material de mejor calidad, cocaína farmacéutica y otras exquisiteces.

Mick Jagger según Mcourage

Sus simpatías por la revolución se enfriaron. El desastre de Altamont, en 1969, evidenció que, si la contracultura no era capaz de montar un concierto multitudinario pacífico, parecía ingenuo esperar la construcción de una maravillosa sociedad paralela. Además, Jagger comprobó que se sentía más cómodo entre la beautiful people de Londres que en una comuna hippy.
Guapo, ingenioso y seductor, Mick se hizo un hueco en la jet setinternacional. Allí intimó con lo que llaman old money: familias ricas de siempre. Y puso la oreja. Los Stones tenían graves carencias económicas: habían sido despojados por un manager-tiburón, que terminó apropiándose de sus grabaciones de los años sesenta. Se enfrentaban, además, a impuestos confiscatorios: en determinados ingresos, la Hacienda británica se quedaba hasta con el 98%. Han leído bien: noventa y ocho por ciento.


Mick Jagger y Keith Richards en el Wembley Empire Pool, septiembre de 1973. / MICHAEL PUTLAND (GETTY IMAGES)
En ese momento, Jagger hizo lo mismo que cuando ha necesitado un entrenador personal o un negro para su (frustrada) autobiografía: una rigurosa selección de candidatos. En un banco londinense de inversiones, encontró al príncipe Rupert Lowenstein, que se transformaría en asesor financiero del grupo. Inmediatamente les convirtió en exiliados fiscales: en la Costa Azul materializaron el doble Exile on Main Street. Lowenstein establecería el entramado de empresas que les permitió establecer su discográfica-editorial y explotar la demanda de directos.
De su mano, Jagger inventó el modelo de empresa que sería imitada en el futuro por todas las superestrellas, del rock o de cualquier otra música. Control de su legado discográfico, que viajaría con ellos en su peregrinar por las diferentes multinacionales. Nuevo trato con los promotores de conciertos: quedaban al servicio de los Stones, privilegio por el que recibían un mínimo porcentaje. Pactos con patrocinadores.Merchandising.
Cuesta reconocerlo, pero las maquinaciones de Jagger trenzaron la red de seguridad que permitiría a Keith Richards desarrollar su monumental leyenda de kamikaze. Según el tópico, Keith es el corazón de los Stones. Resulta menos popular el inevitable corolario: sin el cerebro de Jagger, ese corazón se habría parado hace tiempo o estaría reducido a una caricatura. No hay un rollingstone bueno y otro malo: todas las decisiones comerciales de Mick fueron ratificadas por el guitarrista.
Los pecados de Jagger son compartidos por el resto de la banda. Pensemos en la crueldad con compañeros, relegados a la sombra (el pianista Ian Stewart) o directamente despedidos (Brian Jones). O la tacañeria para reconocer colaboraciones en la composición: casi todo sale firmado por Jagger-Richards, aunque partiera de la inspiración de Ry Cooder o Mick Taylor. Sin olvidar el calvario de Ronnie Wood, quince años de asalariado antes de ser aceptado como miembro de pleno derecho.
Cara a la galería, Mick sí cometió un grave desliz. Evidenció su escepticismo respecto a la visión fundamentalista del rock. En 1975 se fue de la lengua en la revista People: “Yo solo quería hacer esto durante dos años. Imaginaba que la banda se dispersaría un día, que diríamos adiós. Continuaría componiendo y cantando pero la verdad es que preferiría estar muerto a seguir interpretando Satisfaction cuando tenga 42 años”.
Calculó mal. Ya sabemos que ha estado cantando Satisfaction al borde de los setenta años, fracasados sus esfuerzos para construirse una ocupación legítima fuera de los Stones. Como actor, no ha tenido fortuna, a pesar de estrenarse con una genuina película de culto (la turbia Performance, 1968). Tardó en entender las incertidumbres del cine, que además requiere grandes inversiones si quieres, por ejemplo, comprar los derechos de La naranja mecánica, la novela de Anthony Burgess. En 1995, montó su propia productora, Jagged Films, que no ha podido realizar los proyectos más ansiados: el retrato de un potentado tipo Rupert Murdoch, una aproximación a la industria musical que dirigiría Scorsese. Aparte, han pasado desapercibidos sus papeles más valientes, en películas como Bent (1997) o Servicio de compañía (2001).
Mick Jagger según Andy Warhol

Algo similar ocurre con sus discos en solitario, que solo llegan a un público decreciente. De hecho, su última aventura musical, el proyectoSuperHeavy (2011), pasó cual estrella fugaz. Los pocos que se enteraron pensaron que se trataba de un capricho de millonario, aunque debería haber despertado al menos curiosidad: en el grupo figuraban Damian Marley, hijo de Bob, y A. R. Rahman, celebrado compositor de Bollywood.
Aquí sale a la superficie algo que es vox populi en el negocio de la prensa musical británica. Una portada con Keith Richards sube las ventas; lo mismo con Jagger, se salda con una bajada estrepitosa. Un síntoma de la exitosa reinvención pública de Richards, desde luego, pero también del desencuentro de Mick con los medios. Si está relajado y el temario desborda lo musical, Jagger puede ser el entrevistado ideal. Sin embargo, lo habitual son los cortes al periodista, la exhibición de un cinismo blindado, la evasión como táctica preferida.
Los periodistas, se queja, pretenden remover el pasado. Y Jagger vive para el futuro. A diferencia de Richards, se esfuerza en captar música nueva, que le sirva para remozar la suya propia. El concepto nostalgia le suena a pecado: habitualmente, los Stones salen de gira con canciones frescas, aunque no sean las que el respetable quiere escuchar; ellos insisten en demostrarse a sí mismos que están creativamente vivos.


Jagger también tiene vetado todo lo que se refiere a su conducta amorosa. Que no ha sido ejemplar. Nunca ha entendido el concepto de veda, mucho menos el de lealtad: en los buenos tiempos se insinuaba a todas, incluyendo novias o mujeres de sus amigos; Bryan Ferry, Eric Clapton, hasta Richards han sufrido su afán depredador. ¿Y qué ofrece? Aseguran algunas damas que rara vez se han encontrado con un hombre semejante, que entiende las necesidades femeninas, físicas y emocionales. Sin embargo, esa sabiduría no se traslada a sus letras: de la misoginia inicial ha saltado a extravagantes declaraciones de indefensión masculina, sin olvidar la cuota de mujeres fatales.
A estas alturas ¿qué le motiva? A diferencia de los artistas negros que le inspiraron, podría jubilarse y mantener el nivel de vida de su extensa prole. Pero conserva rastros del compañerismo que le llevó a fundar el grupo: mientras Keith Richards quiera seguir pateando escenarios, ahí estará él. Sin olvidar el orgullo de reiventarse bajo los focos, de mantenerse como un atleta, de cantar Satisfaction con un mínimo de dignidad. Y recuerden: su madre murió con 87 años, su padre con 93. Genéticamente, Mick Jagger tiene cuerda para rato.



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