Tuesday, February 11, 2014

Wendi Deng / Las piernas de Tony Blair

Wendi Deng

Las “muy buenas piernas” de Tony Blair

Una nota secreta de la exmujer de Murdoch, publicada ahora por una revista, coloca al ex primer ministro británico en medio del mediático divorcio del magnate de la prensa



Rupert Murdoch, Wendi Deng y Tony Blair. / CORDON
Hace meses que persisten los rumores que apuntan a un affair extramatrimonial entre Tony Blair y Wendi Deng, la ex del magnata mediático Rupert Murdoch. El ex primer ministro británico ya lo había desmentido, e incluso Cherie Blair salió en defensa de su marido, pero una nota escrita por Wendi vuelve a ponerle en el foco mediático que ha rodeado el descarrilamiento del tercer matrimonio de Murdoch.
La revista Vanity Fair ha tenido acceso a un trozo de papel, recuperado entre los restos domésticos del matrimonio Murdoch en el que su autora declara su amor por un tal Tony. La pasión con la que se refiere a él contrapesa el pobre uso del lenguaje: “Echo mucho de menos a Tony. Es encantador y viste tan bien. Tiene un cuerpo tan bonito y muy buenas piernas, el culo. Es delgado, alto, con buena piel. Me encantan sus penetrantes ojos azules y su poder en el escenario”. Todos los indicios apuntan a que se trata de Blair.
La nota podría haber sido una de las piezas clave en en divorncio Murdoch que se zanjó con un acuerdo firmado en noviembre. El empresario de 82 años había entregado fulminantemente los papeles de la separación cinco meses atrás. No trascendieron detalles económicos pero se ha sabido que Deng había frimado un acuerdo prematrimonial que prevenía a Murdoch de otro divorcio multimillonario, como el que vivió con su segunda esposa Anna Torv.
Según la revista estadounidense, Murdoch empezó a sospechar de su mujer alertado por el servicio doméstico. Nunca había tenido reparos en recibir en casa al político británico, ya que los Blair eran buenos amigos de la pareja y Tony es el padrino de la mayor de sus hijas. Los empleados de Murdoch comenzaron a recoger pruebas el día en el que Blair apareció cuando el empresario estaba ausente y, según sus testimonios, Wendi comenzó a flirtear con él descaradamente. Acto seguido el exdirigente preguntó a los empleados cuándo estaría de vuelta Murdoch. Cuando le contestaron que al día siguiente, mostró una expresión de pánico.
Los encuentros podrían haber tenido lugar en varias ocasiones durante 2012 en el rancho de California de la pareja, además de verse en residencias de Los Angeles, Londres y Nueva York.
Para Murdoch esta relación es una traición personal de Blair. Ambos forjaron una firme alianza durante los años del nuevo laborismo. Antes de las elecciones generales de 1997, el diario The Sun, propiedad del empresario australiano, cambió radicalmente de postura política y entregó su apoyo a los laboristas, que terminaron ganando los comicios. Los medios de Murdoch, entre los que estaban el tabloide súperventasThe Sun y el diario The Times, fueron cruciales para la victoria y la permanencia en el poder del partido que lideraba Blair. Cuando este abandonó la vida política, siguió buscando el apoyo de Murdoch, en este caso solicitando fondos para su fundación.
Murdoch y Deng contrajeron matrimonio en 1999, cuando ella tenía 30 años y él 68. En los 14 años de matrimonio fueron transformadores para aquella joven china, que pasó de ser una ejecutiva de una de las emisoras de televisión del imperio Murdoch, a posicionarse como una mujer increíblemente bien conectada, productora de cine y mecenas de las artes. Saltó a la fama mundial durante una vista por las escuchas ilegales del diario News of the World cuando paró un tartazo que iba dirigido a su marido y propinó un manotazo al agresor. El incidente le valió el apelativo de “la tigresa”.




Rupert Murdoch / El culebrón sin fin

El culebrón sin fin de los Murdoch

Ocho meses después de su divorcio, la exmujer del magnate afronta acusaciones de violencia y de infidelidades con Blair y uno de los fundadores de Google



El magnate Rupert Murdoch y Wendi Deng, cuando estaban casados.< / CORDON
“¡The New York Times dice que soy uno de los solteros más codiciados! ¡Ojalá tuviera cuarenta años menos!”. A Rupert Murdoch nunca le ha faltado sentido del humor. A sus 82 años volvía a ponerse oficialmente en el mercado con esta exclamación vía Twitter el pasado 14 de diciembre. Su sonado divorcio con Wendi Deng, anunciado en junio, se había cerrado definitivamente en noviembre y Murdoch parecía así dejar claro que está abierto a nuevas aventuras.
Aunque oficialmente se divorciaron por “diferencias irreconciliables”, desde hace meses corrían rumores sobre las infidelidades de Wendi, y en concreto sobre su supuesta relación con el ex primer ministro británico Tony Blair, íntimo amigo de Murdoch. Ahora la revista Vanity Fair añade más leña al fuego con un reportaje en el que Deng sale muy mal parada. Empleados que trabajaron para la pareja la acusan de ejercer violencia física contra su exmarido. Apoyándose en declaraciones de los empleados y de varios amigos sin identificar dan detalles sobre su relación con Blair y aportan una pieza clave: una nota escrita por ella a sí misma en la que confiesa echarle terriblemente de menos y expresa su admiración por distintas partes de su físico. Pero aquí no acaba la cosa. En la nota también habla de Eric Schmidt, uno de los fundadores de Google, con el que supuestamente habría tenido otroaffaire y en el mismo tono en el que suspira por Blair, Deng afirma: “No me voy a sentir triste por perder a Eric. Además es muy feo. Nada atractivo… y está gordo. No tiene estilo y siempre trata de vestirse con ropa de hipster. Estoy tan contenta de no estar con él”.
La venganza es un plato que se sirve frío y no es arriesgado que muchos observadores de esta historia piensen que el contenido de esa nota ha llegado a manos de Vanity Fair precisamente vía Murdoch. Al fin y al cabo es el jefe de un imperio mediático que en parte le debe su fortuna a los tabloides, que solía manejar como un lince la información rosa y que además es conocido en los negocios por saber atacar a sus adversarios por sorpresa: el divorcio lo solicitó en un juzgado sin avisar previamente a Deng.
Pero ¿cómo son sus vidas desde que rompieron? Murdoch pasa cada vez más tiempo en la mansión de 28 millones de dólares que compró hace un año en Los Angeles, y que incluye una bodega e históricos viñedos. Desde allí continúa moviendo los hilos de un imperio que precisamente en junio, a la vez que anunciaba su divorcio, dividía en dos. News Corporation, que hasta ahora incluía todas las propiedades mediáticas del magnate, ahora es el nombre del conglomerado dedicado a la prensa escrita, la que más ha sufrido con el escándalo de las escuchas ilegales, por el que varios de sus empleados están siendo procesados en Londres. 21st Century Fox, que agrupa a sus empresas audiovisuales, cotiza ahora de forma independiente, —y con mucha más fuerza que News Corp—. Además, Murdoch maquina contra sus enemigos. Recientemente se supo que impuso a los organizadores de la conferencia Allen & Co, que reunió en verano a la élite mediática y tecnológica del mundo en Sun Valley, que prohibieran asistir a Tony Blair.
Tampoco Deng asistió aunque seguro que le dolió no hacerlo. Cuando Murdoch adquirió la web Myspace en 2005, a Deng le picó el gusanillo digital. Con un master en negocios por la Universidad de Yale, se convirtió en la gurú de nuevas tecnologías de News Corp, aunque sin ocupar ningún cargo concreto. Comenzó a viajar con asiduidad a Silicon Valley, a codearse con su élite y hasta montó una web, Art.co.uk, que se dedica a la venta de arte online. Durante años había ayudado a la expansión de los negocios de su marido en China pero, tras un parón por maternidad—tienen dos hijas—, quiso volver a la acción. Sus ambiciones se diversificaron: por un lado el mundo punto.com y por otro Hollywood. En 2011 estrenó su primera película como productora, Snow flower and the secret fun. Y ahora tras el divorcio, instalada en el tríplex que antes compartía con Murdoch en la Quinta Avenida de Nueva York, sus allegados aseguran que quiere concentrarse en Internet, financiando empresas que algún día podrían convertirse en el Facebook del futuro.
A Murdoch sus aventuras en el mundo digital no le salieron bien. Myspace fue adquirido por más de 500 millones de dólares y vendido por 35 cuatro años después. Y el periódico para iPad The Daily fue un sonado fracaso. Si Deng hiciera bingo como ángel invesor —del divorcio ha sacado 14 millones de dólares— podría restregárselo en la cara a su ex. Pero esa historia aún no se ha escrito.



Rupert Murdoch se divorcia

Wendi Deng

Rupert Murdoch se divorcia


El magnate de los medios de comunicación anuncia el fin de su matrimonio con Wendi Deng

La demanda se presentó dos días después de que News Corp se dividiera en dos



Rupert Murdoch y Wendi Deng. / LUCY NICHOLSON (REUTERS)
El magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch ha decidido poner fin a su matrimonio de casi 14 años con Wendi Deng, con la que tiene dos hijas. El millonario ha presentado la demanda de divorcio este jueves ante el Tribunal Supremo de Nueva York. Ami Chozik, redactora de Times ha informado de que en el documento se indica que “la relación entre el marido y la mujer está irremediablemente rota”. La pareja hacía vida separada desde hace meses y los rumores del fin de la relación eran constantes. Este será el tercer divorcio para Murdoch, que ya estuvo casado con Patricia Booker y con Anna María Torv.
La demanda de divorcio se ha presentado justo dos días después de que News Corp confirmara la escisión de su división de papel de la de televisión que, en breve, cotizarán por separado en la bolsa. La fortuna de Murdoch asciende a 8.400 millones de euros, según Forbes.
Cuando Murdoch, de 84 años, y Deng, de 44,  se casaron en junio de 1999 en el yate Morning Glory pocos apostaban por el matrimonio entre la pareja dada la evidente diferencia de edad. Muchos pensaban que Deng era “un trofeo” para el millonario y que ella sólo buscaba su dinero. Sin embargo, ambos demostraron que su relación había superado el manido cliché.

Rupert Murdoch y Wendi Deng
La pareja se conoció en 1997 en China durante una visita de Murdoch a la cadena de televisión de su propiedad Star TV. Allí, Deng, que estaba trabajando como becaria, fue asignada como traductora del empresario. “Me enamoré perdidamente y le pedí matrimonio, me dijo que no”, confesó Murdoch. Dos años después, Deng cambiaba de opinión y la pareja se casaba tan solo 17 días después de que el magnate pusiera fin a su matrimonio de 37 años con Torv.
Deng se convirtió en una sensación mundial cuando hizo de escudo humano de un pastel que iba dirigido a su marido. Tras parar el tartazo, ella misma se deshizo del agresor agarrándolo por el pecho. El incidente sucedió en el verano de 2011, en pleno escándalo por las escuchas de News Corp y durante una de las vistas a las que Murdoch tuvo que acudir en Londres. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y el aplomo de Deng le valió el apelativo de “la tigresa”.
La segunda esposa del magnate recibió por el divorcio de Murdoch 1.273 millones. Se ignora cuánto le puede costar esta tercera separación al millonario, pero, de acuerdo con varios medios, él seguirá manteniendo la propiedad de sus empresas, de cuya dirección directa pretende desvincularse quizás para disfrutar de los viñedos que adquirió en mayo en California por 22 millones.
Aunque sin tener un contrato formal, Deng ha tenido una presencia activa en News Corp, “promoviendo o asesorando inversiones en compañías tecnológicas chinas de entre 26 y 33 millones de euros”, de acuerdo con una información publicada por The Wall Street Journal. En la actualidad, Deng es jefa de estrategia de operaciones de MySpace en China.
Si la vida sentimental de Murdoch ha sido intensa, la de su pronto exmujer no le va a la zaga. Deng conoció a su primer marido, Jake Cherry, cuando era una adolescente. Éste se había mudado por trabajo con su familia a China y cuando iba a regresar a EE UU, Deng convenció a los Cherry para que la acogieran como estudiante de intercambio y poder estudiar en una universidad americana. Cuando la mujer de Cherry comprobó que ambos mantenían una relación a sus espaldas los echó de casa. Tras dos años de matrimonio, Deng decidió poner fin a la unión. En ese tiempo había logrado la nacionalidad estadounidense y se disponía a comenzar un master en Administración de Empresas en Yale.

















Tony Blair niega una relación con la mujer de Murdoch / Son delirios de un viejo


Blair niega una relación con la mujer de Murdoch: “Son delirios de un viejo”

Según 'The Mail on Sunday', los encuentros han sido la causa de la ruptura del ex primer ministro y el empresario de la comunicación



Tony Blair y Wendy Deng. / CORDON
Tras la explosión de la bomba Murdoch sobre la cabeza de Tony Blair, a quien el tabloide británico The Mail on Sunday’ acusó veladamente el domingo de ser la razón oculta que ha provocado el divorcio entre el magnate australiano de la comunicación Rupert Murdoch y Wendi Deng, con la que estuvo casado 14 años, han llegado las reacciones. La más acalorada parece haber sido la de Cherie Blair, esposa del ex primer ministro británico. Aunque el periódico acusador evita decir explícitamente que entre Deng y Tony Blair hubiera relaciones impropias, la simple sugerencia de que eso hubiera podido ocurrir –se hablaba de encuentros en la casa de Murdoch a escondidas del magnate y en diferentes puntos del planeta- ha hecho estallar la ira de Cherie, casada con el político laborista desde hace más de tres décadas.
Según otro tabloide, The Mirror, el enfado de Cherie no se debe a un ataque de celos si no todo lo contrario: la esposa de Tony Blair defiende a su marido y se siente ultrajada ante las sospechas que se ciernen ahora sobre él. No obstante, los rumores no parecen haberle sentado bien. “Obviamente no está contenta ante las especulaciones públicas sobre su marido. ¿Quién podría estarlo?” publica The Mirror citando a una fuente anónima cercana a la pareja Blair, quién además añade: “Imagínate lo difícil que ha tenido que ser para él decírselo (lo que se iba a publicar)”. Nadie tiene nombres ni apellidos en lo publicado porThe Mirror. “No creo en estos rumores. Su matrimonio es fuerte” dice un amigo. “Blair estuvo con Murdoch días o semanas antes de que se anunciara el divorcio y no hubo ninguna señal que indicara que algo iba mal entre ellos” dice alguien del entorno laborista.
Otras fuentes aseguran que ante la noticia, el entorno de Tony Blair ha reaccionado de inmediato negando las acusaciones de Murdoch y acusándole de tener “delirios de un hombre triste y viejo”. Durante años Blair fue íntimo amigo de la pareja Murdoch-Deng, e incluso fue invitado al bautizo de una de sus dos hijas. Además, la relación entre el político y el empresario fue tan positiva que en un giro inesperado sus tabloides, de corte políticamente conservador, llegaron incluso a pedir el voto para Blair en las elecciones de 1997.
Según lo publicado en The Mail on Sunday, Murdoch habría declarado que rompía relaciones para siempre con Blair, amigo desde hace casi dos décadas, tras descubrir que éste se había visto varias veces con su ex mujer a sus espaldas.
Por su parte, la única reacción de Murdoch ante la noticia ha sido un escueto “No hay comentarios” aunque The Mirror añadía ayer más leña al fuego al afirmar a través de un ejecutivo de News Corp que una auditoria en la empresa desveló mensajes íntimos entre Blair y Deng, y eso alimentó las sospechas de Murdoch. “Sea cual sea la verdad, la relación entre Blair y Murdoch ha terminado” afirmaba esa fuente. Según otro ejecutivo cercano al magnate, que tampoco se identifica, “si alguien cree que Murdoch ha puesto fin a su matrimonio y a una amistad tan larga sin ninguna razón está seriamente equivocado”.
No es la primera vez que estos rumores se ciernen sobre Blair: cuando Murdoch anunció su divorcio el pasado junio ya se especuló con esa posibilidad. Y también entonces, Cherie Blair salió en defensa de su marido.
La semana pasada Murdoch y su exmujer llegaron aun acuerdo de divorcio que pone fin a los 14 años de matrimonio de la pareja. El fundador de News Corp, de 82 años, había presentado los papeles del divorcio a mediados de junio y todo hacía presagiar que se trataría de una de las rupturas más millonarias de la historia, hasta que, pocos días más tarde, se supo que la fortuna de Murdoch estaba blindada: antes de casarse, el empresario había hecho firmar a Deng un conveniente acuerdo prematrimonial.
Una fuente citada por la edición digital de la revista Hollywood Reporter asegura que el dueño del clausurado News of the World no ha tenido problema en cederle a Wendi Deng el lujoso piso de la Quinta Avenida donde ella ha seguido viviendo con las dos hijas del matrimonio tras la separación. Además, la casa que ambos poseían en Pekín, capital del país de origen de Deng, permanecerá también como propiedad de la exmujer del magnate.
“Nos complace anunciarles que hemos llegado a un acuerdo amistoso en cuanto a todos los temas relacionados con nuestro divorcio”, han escrito ambos en un comunicado conjunto. “Seguiremos adelante con el respeto mutuo que nos tenemos y con el interés que compartimos por la felicidad y la salud de nuestras dos hijas. No haremos más comentarios al respecto”.
Se trata del tercer divorcio para Rupert Murdoch, que, tras el segundo, procuró no volver a cometer el mismo error. Anna Torv, su segunda mujer, logró quedarse con 1.275 millones de euros cuando se separaron, en 1998, tras 32 años de matrimonio.



Woody Allen / Zelig

Woody Allen

ZELIG

Y otro modo de salir en una película: hacer un papel...interpretándose a sí mismo. Lo consiguió Woody Allen en Zelig (1983) con Saul Bellow, Susan Sontag y, sobre todo, unas imágenes impagables del gran Scott Fitzgerald, a su aire, como si el crack-up no estuviese cercano.

Eric Lax / Woody Allen sale de viaje

Martin Landau y Woody Allen
en el cartel de Delitos y faltas o Crímenes y pecados (1989)
Eric Lax
WOODY ALLEN SALE DE VIAJE
        Septiembre de 1988

Woody ha regresado hace poco de un largo viaje por Europa, incluyendo Escandinavia. Antes de su partida había manifestado su deseo de no trabajar en un guión que tenía medio acabado: “Por lo general, cuando escribo un guión no hago pausas tan largas como esta. Puede que lo deje una semana guardado en un cajón, pero estas van a ser unas vacaciones de dieciocho días”. Para su sorpresa, terminó el guión aprovechando las mañanas para escribir en el papel de carta de los diversos hoteles donde se alojaba; luego doblaba las hojas de papel y se las guardaba en el bolsillo de la pechera del abrigo. A medida que avanzaba el viaje, las cuartillas del Grand Hotel de Estocolmo se juntaban con los grandes folios rectangulares del Villa d’Este del lago de Como, las anchas y níveas hojas con el membrete dorado en relieve del Gritti Palace de Venecia, las hojas más pequeñas y apenas sin grabar del hotel Hassler de Roma, diversos papeles tipo télex y varias hojas de papel arrancadas de una libreta de colegial comprada en un comercio de Copenhague. Al llegar a Londres el bolsillo del abrigo de Woody abultaba como si llevara una barra de pan. Al final su ayudante  Jane Martin lo convenció para que dejara el material en el hotel a buen recuado en lugar de cargar con él todo el día, aunque solo fuera para evitar que acabara manchado de sopa en un restaurante; así pues, cada día varias hojas pequeñas del elegante papel en azul del Claridge acababan dobladas por la mitad, apiladas encima del montón y guardadas bajo llave antes de que Woody abandonara la habitación del hotel para deambular por las calles de la ciudad.
         Cuando regresó a Nueva York tenía terminada la primera versión de lo que provisionalmente se tituló Brothers, pero que finalmente acabaría siendo Delitos y faltas.


Eric Lax
Conversaciones con Woody Allen
Barcelona, Random House Mondadori, 2009.


Woody Allen / Pura anarquía



Woody Allen
PURA ANARQUÍA
Por Rafael Narbona



Neoyorkino apasionado, neurótico por convicción, judío asimilado, amante del cine introspectivo y metafísico de Ingmar Bergman, Woody Allen no se ha conformado con dirigir, escribir e interpretar piezas de jazz con el clarinete. Su verdadera vocación, apenas disimulada por el éxito, ha sido el fracaso. Fracaso en los estudios, fracaso con el otro sexo, profecías incumplidas   sobre un porvenir mediocre, reiteradas por unos maestros que le consideraban un desastre sin remedio, experiencias traumáticas en el seno de una familia acomodada (una niñera amenazó con asfixiarlo), tímido, bajito, inconstante, miope, pero ocurrente, brillante, perspicaz para el talento ajeno y con una concepción del cine que le ha permitido fundir la alta comedia americana con el cine de autor, el ingenio con la profundidad moral y psicológica.


Sus relatos (Como acabar de una vez por todas con la cultura, Sin plumas y Perfiles, que en España aparecieron reunidos en Cuentos sin plumas) redundan en el tema del fracaso, escogiendo como protagonistas a hombres y mujeres maltratados por la suerte, atrapados muchas veces en tramas absurdas, que adquieren un carácter más inverosímil al intervenir lo irracional o fantástico. La sombra del Kafka o Dostoievski se advierte en muchas páginas, pero también de Bradbury o Cortázar. Los desenlaces no renuncian a la perplejidad. Las historias finalizan y parecen tan inacabadas como una vida que camina a ciegas, sin propósito ni finalidad. 


Woody Allen se pregunta sobre el sentido de la existencia, sin ofrecer ninguna solución, sin moralizar, mostrando el desorden que gobierna el mundo. No hay recompensa para la virtud ni castigo para la infamia. Personajes apaleados por la fortuna, que recuerdan a los antihéroes de la picaresca española. Sin el dramatismo ni la respetabilidad de Bartleby, el hermético oficinista de Melville, casi todos preferirían no hacerlo, no estar allí, pero las circunstancias les han obligado a soportar una peripecia en la que no ha intervenido su voluntad.


En Pura anarquía, la prosa de Woody Allen es tan fluida como sus películas menores, donde el humor y el argumento pesan más que el estudio psicológico y la comprensión ética. Hay aspectos levemente autobiográficos, como ese actor secundario, secuestrado por error, al que nadie le concede un papel con diálogo. La ironía prevalece en todos los cuentos, reflejando las distorsiones de la sociedad americana, su necesidad de preservar la fe en lo sobrenatural, que en tiempos de crisis teológica se manifiesta como sectarismo y teosofía. Los inventos absurdos, las nuevas dependencias creadas por los avances tecnológicos, los gabinetes psicológicos atestados de pacientes inseguros sobre cuál será la terapia más eficaz: psicoanálisis, conductismo, cognitivismo conductual. Y presidiendo el caos: la promiscuidad de Internet, que ofrece a la luz pública lo más íntimo, como las radiografías de una colonoscopia de un escritor irrelevante, con una novela susceptible de ser adaptada al cine, lo cual no puede ser más frustrante para un autor con la ambición de emular a Faulkner o Capote. Pero sin el Nobel ni la fama. 


En “Querida niñera”, Woody Allen roza la tragedia de las criadas de Genet, pero la violencia no trasciende el umbral de las palabras. La niñera se limita a escribir un diario, que no escatima improperios para la familia. La burguesía neoyorkina es un criadero de neurosis, avaricia e hipocresía. Al lado de esas deficiencias, crecen plantas afines, como la creatividad, la sofisticación y el buen gusto. En Así comió Zaratustra, se especula sobre los banquetes ofrecidos por Richard Wagner a Nietzsche, admirador de primera hora y feroz antagonista a partir de Parsifal. ¿Hay alguna relación entre la dieta y la filosofía? ¿La desgracia de estudiar en un colegio público puede justificar la negación de Dios? Woody Allen es un inspirado narrador, capaz de realizar incursiones filosóficas en un tono menor, lejos de la grandeza de Bergman, pero con la agilidad de la alta comedia norteamericana, que sólo necesita dos o tres frases para crear un personaje. 


Sus relatos son chispazos sobre una realidad particular, pero de resonancia universal. Al igual que en sus películas, se retrata a la burguesía ilustrada de Nueva York, una ciudad que acoge a todas las culturas, sin perder su personalidad propia. No hay denuncia social ni reflexiones políticas. Sólo literatura, que resbala por una época neurótica, escéptica e ingenua. Algo así como Balzac, adaptado al mundo contemporáneo, con grandes dosis de Freud y una pizca de filosofía. Woody Allen pertenece al pueblo de Libro y no hay mejor compendio de historias para estimular la imaginación. Si, además, has crecido con el estigma del fracaso, nada más propicio para la aparición del genio. Cineasta, escritor, músico, Woody Allen  encarna las peculiaridades de una época enamorada de sus enfermedades. No es un hombre, por utilizar la expresión de Nietzsche, sino un destino.