Las razones del presidente Rajoy para no exigirles visa a colombianos
Mariano Rajoy explica que Colombia ha cambiado y que se ha abierto a los mercados.
Es mucho lo que Colombia ha cambiado. Gracias a la apuesta de sus últimos gobiernos por la seguridad jurídica y la apertura comercial, ha multiplicado por más de cuatro la inversión extranjera directa que recibe, así como su renta per cápita, en solo diez años.
Los progresos de Colombia van más allá del mero crecimiento e incluyen el buen gobierno. De hecho, la Ocde, el club de las buenas prácticas, acaba de invitar a Colombia a iniciar negociaciones con vistas a una próxima adhesión.
Quiero destacar especialmente la fortaleza de sus instituciones, en medio de las amenazas del narcoterrorismo, así como el sacrificio de los colombianos, su solidaridad y su anhelo de paz. Parafraseando a Ortega y Gasset, Colombia es un gran pueblo que está pasando al galope por encima de un remolino de polvo, el del terrorismo, que quedará en la cuneta de la historia.
El pasado primero de agosto del 2013 entró en vigor provisionalmente el Acuerdo Comercial Multipartes entre la Unión Europea, Colombia y Perú, en el que España ha puesto tanto empeño. Después de la ratificación por el Parlamento Europeo, el Congreso español ha sido de los primeros en ratificarlo, con una abrumadora mayoría multipartidista, a la espera de que lo hagan todos los parlamentos de los Estados miembros de la Unión Europea.
Este acuerdo comercial es una clara prueba de que en la Unión Europea, y en España en particular, creemos en Colombia y en su gran potencial, ofreciendo a sus empresas y a sus exportaciones un acceso privilegiado al mayor mercado del mundo, para diversificarse, tanto en destinos como en productos, contribuyendo así a su crecimiento sostenido y a su cohesión social.
Lazos humanos
Pero son nuestros ciudadanos nuestro mayor y mejor nexo de unión. España tiene la satisfacción de ser el país de la Unión Europea que a más colombianos acoge y a los que más visados concede. Unos trescientos mil colombianos viven en España, muchos más si contamos los que ya han obtenido la doble nacionalidad hispano-colombiana.
Estos colombianos han contribuido, con su esfuerzo, trabajo y sacrificio, al progreso de España, pero también al de Colombia. Son un ejemplo de integración. Muchos son valiosos miembros de nuestras Fuerzas Armadas y participan en las operaciones de mantenimiento de la paz en el mundo. A todos ellos, les quiero expresar mi reconocimiento y gratitud.
Al mismo tiempo, son cada vez más los españoles que viven y trabajan hoy en Colombia. Son ya veintisiete mil, número que se incrementa con las nuevas oportunidades.
Las empresas españolas, por su parte, llevan aquí muchos años y siempre han tenido vocación de permanencia. Ni las grandes turbulencias han podido mermar su fe en Colombia.
Quiero anunciar que, aprovechando la entrada en vigor de nuestro Acuerdo Comercial Multipartes, y a pesar de la crisis, ha llegado el momento de que España pida a la Comisión Europea y a los demás Estados del espacio Schengen que se retire a Colombia y Perú de la lista de países a cuyos nacionales se pide visado de corta duración.
Colombia y Perú no pueden ser los únicos países de América Latina a los que se les sigue exigiendo visado a pesar de tener un tratado de libre comercio con la Unión Europea.
Los colombianos y los peruanos deben poder percibir todas las ventajas de la seguridad jurídica y de la apertura comercial. Colombia y Perú se equipararían así a sus socios de la Alianza del Pacífico, México, Chile y, más recientemente, Costa Rica, que también tienen acuerdos con la Unión Europea y no necesitan visado. España ha hecho una apuesta política y aspira a ser un Estado observador activo y comprometido en la Alianza del Pacífico.
España nunca ha querido esta exigencia de visado. Es hora de decirlo abiertamente y de hacer campaña para que se retire. Así lo hago hoy y así lo formalizaré inmediatamente. Quiero alejarme de la retórica fácil y concretar con hechos que mi gobierno apuesta de manera decidida por Colombia: más allá de nuestros vínculos históricos, Colombia ha demostrado ser un gran amigo de España, un aliado y un socio fiable y leal.
MARIANO RAJOY BREY
Presidente del Gobierno de España
http://www.eltiempo.com/mundo/europa/declaraciones-de-mariano-rajoy-sobre-visa-para-colombianos-en-espana-_12986910-4
Rajoy reclamará a Bruselas que peruanos y colombianos puedan viajar sin visado
El presidente de Colombia considera la iniciativa su mejor regalo de cumpleaños
El Gobierno de Mariano Rajoy va a solicitar a la Comisión Europea y a los demás Estados del Espacio Schengen que se retire a Colombia y a Perú de la lista negra de países cuyos ciudadanos necesitan visado para entrar en España para estancias de corta duración, según informaron fuentes de La Moncloa.
Rajoy se lo ha comunicado ya al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y al presidente de Perú, Ollanta Humala, con quienes conversó telefónicamente durante el fin de semana. La actual exigencia de visado levantó hace 12 años, cuando entró en vigor, una oleada de críticas.
La exigencia de visado a los colombianos por parte de todos los países de la Unión Europea fue adoptada en marzo de 2001 en una reunión de ministros del Interior de la UE, formada entonces por 15 países. En la votación correspondiente, el entonces ministro Rajoy se abstuvo y no votó en contra.
El anuncio de Rajoy sorprendió a sus colegas porque España no se había opuesto a esa posibilidad durante los casi doce meses que habían durado las negociaciones para elaborar la lista de 132 países a los que la UE empezó a exigir visado a partir del 1 de abril de 2001. Fuentes de la representación española justificaron entonces la postura del Gobierno, presidido por José María Aznar, que “no habría sido razonable” que España votara en contra de la política común europea cuyo objetivo era controlar la llegada de ciudadanos de zonas de las que procede un alto porcentaje de los alijos de droga, además de ser el origen de miles de inmigrantes irregulares. Entre esos países, la UE incluía a Colombia.
Con reglamento aprobado en 2001, Italia, Alemania y Austria, que hasta entonces tampoco exigen visado a los colombianos, tuvieron que aceptar lo aprobado por la UE, si bien la medida conllevaba un mayor gravamen político para España teniendo en cuenta las connotaciones históricas y sus lazos tradicionales con los países hispanoamericanos.
Cientos de intelectuales, artistas y políticos expresaron su disconformidad con la decisión de la UE respecto a los colombianos.
El famoso enfado de García Márquez
Muchos intelectuales, artistas, escritores y políticos españoles y suramericanos se posicionaron abiertamente en contra de la exigencia de visado a los colombianos. Pero quizás lo que más quedó en el recuerdo colectivo fue el enfado del Nobel Gabriel García Márquez, quien pronunció aquella frase de: “Nunca necesité permiso para ir a la casa de mi madre”.
La Embajada de Colombia en España y la de España en Colombia vienen siendo desde 2001 el buzón de quejas de ciudadanos anónimos, pero también de empresarios, artistas e intelectuales que chocaban con múltiples dificultades para obtener el visado de entrada en Europa.
Los escritores colombianos Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Fernando Vallejo, William Ospina, Héctor Abad, el poeta Darío Jaramillo y el pintor y escultor Fernando Botero enviaron una carta abierta al presidente del Ejecutivo español, José María Aznar, en la que, tras calificar de “despropósito” la decisión adoptada en Bruselas, amenazaban con no volver a pisar España. “Con la dignidad que aprendimos de España, no volveremos a ella mientras se nos someta a la humillación de presentar un permiso para poder visitar lo que nunca hemos considerado ajeno”, señalaban.
Casi dos centenares de intelectuales españoles respaldaron la postura de sus colegas latinoamericanos, tras el “insulto” de la exigencia de visado a los ciudadanos colombianos. “Expresamos públicamente al Gobierno de España nuestra repulsa ante dicha decisión ministerial”, proclamaban en un manifiesto colectivo.
Frente a todas esas quejas y protestas, fuentes de las fuerzas de seguridad españolas opinan que el visado ha permitido “cribar” mejor a los ciudadanos colombianos, controlar el flujo migratorio y dificultar la entrada de mulas (porteadores de droga).
Después de que el PSOE recriminase al ministro Rajoy que España no votara en contra de la norma comunitaria, el entonces responsable de Interior argumentó en el Congreso que esas decisiones se adoptan por mayoría cualificada, por lo que hubiese sido inútil el voto en contra de España. Además, Rajoy señaló que, de votar en contra, se habría aprobado el texto de la Comisión Europea en lugar de, como ocurrió, una enmienda que presentó Francia y que requería, para salir adelante, que ningún país se opusiese. Con esa enmienda se evitaba “el riesgo de que Gibraltar pueda expedir autónomamente documentos de identidad”, según Rajoy, quien recalcó que eso era “del máximo interés para España”. El diputado socialista Diego López Garrido le replicó: “El Gobierno utiliza últimamente Gibraltar para todo”
El actual presidente del Gobierno considera ahora que la situación debe cambiar. Pretende que Colombia y Perú se unan al grupo de países de América Latina que tienen acuerdos de libre comercio con la Unión Europea y que no necesitan visado, según informó ayer el Gobierno español. El argumento es la entrada en vigor del Acuerdo Comercial Multipartes entre la Unión Europea, Colombia y Perú.
El jefe del Ejecutivo ha reiterado que España quiere ser un Estado observador activo y comprometido en la Alianza del Pacífico, según fuentes de la Presidencia, que indicaron que Rajoy aprovechó sus conversaciones con Santos y Humala para repasar las “excelentes” relaciones que España tiene con ambos países.
El mandatario colombiano relató así cómo se enteró de la noticia: “Me llamó el presidente del Gobierno español y me tenía para los colombianos un magnífico regalo de cumpleaños. Me dijo que iba a pedirle a la Comisión Europea que Europa les quite la visa a los colombianos”. Santos ha indicado que esta es una “gran noticia” para todos los colombianos, y que “es un paso importantísimo”. “Ya hemos logrado que nueve países nos quiten la visa. Los colombianos tenemos todo el derecho de sentirnos orgullosos de ser colombianos y de que nos sentemos en cualquier lugar del mundo sin necesidad de visa”, agregó.
EL PAÍS
La odisea del visado español en Colombia
Artistas, intelectuales y empresarios colombianos dejan de viajar a España por las dificultades para obtener la autorización
PATRICIA ORTEGA DOLZ Madrid 8 ENE 2006
Corría el año 2001 cuando García Márquez pronunció aquella frase: "Nunca necesité permiso para ir a la casa de mi madre". España, ateniéndose a los dictámenes de la UE, exigía un visado a todo colombiano que quisiera entrar en el país. El terror europeo a que la "madre patria" se convirtiera en la puerta de entrada de los narcos, sus cargamentos de polvo blanco y sus sicarios, condujo a tomar una medida drástica. El Gobierno español, ante la polémica y las quejas de notables personalidades colombianas y españolas, aseguró que se haría con el menor trastorno posible.
Cinco años después, cuando los colombianos hablan de la "reconquista española" por el asentamiento de importantes empresas de nuestro país en Colombia, la forma de tratarles dista bastante de ser amable, y encuentran enormes trabas para pisar suelo español.
La polémica se ha desatado en Colombia, donde el periódico El Tiempo, el de mayor tirada en el país, escribe furibundos editoriales con títulos como Kafka se hace español. Y es que hay casos que rozan el surrealismo.
En el salón de la casa de Gloria Jaramillo, empresaria colombiana de Medellín, hay una foto suya dándole la mano al rey Juan Carlos. Era en el acto fundacional de la Federación de Antiguos Alumnos del INAP (Instituto Nacional de Administración Pública en España), en 1984. Ella, junto a su marido, doctor por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), habían estudiado en España y después montaron su vida en Colombia. Hoy sus dos hijas, Mónica y Viviana Barrera, se encuentran en Madrid junto a Nacho Penagos, el marido de la primera, para comenzar sus cursos de postgrado de dos años en la UCM. Pero llegaron casi de milagro.
Mónica, de 27 años, es una reconocida abogada. Viviana, de 24, es economista y trabajaba para el Gobierno colombiano. Nacho, de 35 años, es periodista además de profesor universitario y empresario. Los tres tienen una posición más que acomodada en Colombia, con sueldos de unos 4.000 euros mensuales. Pero hace un año se plantearon venir a estudiar a España. Y su vida quedó pendiendo de un hilo: el visado.
"Para empezar, todo hay que solicitarlo por Internet. La cita, el impreso, etcétera. El consulado español en Bogotá es como un búnker en el que jamás hablas con un funcionario español. Los únicos contactos con humanos se limitan a los guardias de seguridad de la puerta que, por supuesto, son colombianos e incapaces de responder a nada. Franquear ese primer filtro, implica acudir con todos los papeles y sus correspondientes copias compulsadas (a 10 euros cada una). La retahíla de requisitos es interminable: pasaporte, fotografías, certificado de penales, seguro médico (cuyo coste son 500 euros y cuya vigencia no supera el mes, por lo que te puede caducar en el proceso), demostrar que tienes medios económicos, acreditar el alojamiento, el título de estudios, el documento de aceptación en el doctorado y la partida de matrimonio, si estás casado".
Por fin, con tres meses de antelación a la fecha del viaje, reunieron todos los documentos, previa inversión de 3.000 euros cada uno en compulsaciones y compra de seguros, según cuentan. Con sus carpetas repletitas de papeles llegaron al consulado el día de la cita concedida por Internet y esperaron las dos horas de cola. Pasaron a los guardias de seguridad colombianos y se encontraron con dos guardias civiles españoles que les hicieron despojarse de todo lo que llevaban (móviles, abrigos, paraguas) y someterse a un cacheo antes de franquear la segunda "barrera". Finalmente llegaron a una ventanilla de grueso vidrio donde se comunicaban con el funcionario, también colombiano, por teléfono, al más puro estilo carcelario. Todo esto sólo para presentar la solicitud y, por supuesto, sin respuesta a ninguna duda: "Todo está en Internet". Les emplazaron a volver tres días después.
Allá que fueron. Un funcionario nombraba a la gente y decía: "Aprobado", "denegado" o "subsanación". A ellos primero les dijeron que debían "subsanar" una falta y, tras hacerlo: "Denegado". ¿Por qué?, nunca lo han sabido. Nadie responde. Les entregaron un oficio que informaba de que podían apelar ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo en España o recurrir contra el organismo que niega el permiso.
Llamadas, visitas frustradas.... Y nada. Ante lo "kafkiano" del asunto, un profesor de universidad español, un magistrado del Supremo y el director del INAP, intercedieron y, días más tarde, una llamada telefónica les informaba de que les concedían el visado. Llegaron a Madrid hace una semana, en un avión junto con personas que legítimamente venían a trabajar a España en el servicio doméstico y cuyo visado se había demorado apenas dos semanas.
Los casos se suceden. Recientemente el Ayuntamiento de Zaragoza se vio obligado a cambiar su programa de actividades para la "Semana Colombiana" porque muchos artistas e intelectuales invitados no obtenían el visado. "Conseguimos muchos tras enviar cartas al consulado. Fue un poco surrealista", comenta Rubén Scaramizzino, coordinador del programa.
Piedad Bonnett, conocida escritora colombiana, no tuvo suerte entonces. En un correo electrónico cuenta los detalles de su intento frustrado por llegar a España a presentar su última novela editada por Alfaguara y a participar en las jornadas de Zaragoza: "Y todo porque la rigidez burocrática no hace diferencias entre la solicitud de un turista y la de un invitado cultural. Los casos de maltrato son numerosísimos, sólo que muchos funcionarios oficiales no quieren denunciarlo por los cargos que ocupan. Tras la polémica en prensa, me llamaron del consulado por si seguía interesada en ir a España. Respondí que, ante tantas dificultades, no".
Ya son muchos los colombianos que consiguen los visados antes vía Francia o Inglaterra. Fuentes diplomáticas aseguran que también está habiendo muchas falsificaciones de pasaportes para llegar a España desde Bolivia o Venezuela, que no requieren visado.
La embajadora de Colombia en España, Noemí Sanín, manifestó su preocupación por el asunto y aseguró que buena parte de su tiempo lo emplea en atender quejas de empresarios, intelectuales y artistas que no consiguen el visado. "La dificultad de las visas es real. Entran menos "mulas", sí, pero necesitamos un convenio común para Iberoamérica y otro específico para empresarios, artistas e intelectuales, como tenemos con EE UU. Hay que evitar la doble consulta (primero a España y luego a Europa) y agilizar. Creo que Alemania no tiene que consultarle a España las visas que otorga".
El cónsul de España en Colombia, Carlos de la Morena, "está de vacaciones", pero desde el departamento de Comunicaciones Exteriores del Ministerio de Asuntos Exteriores, se asegura que los visados "no son una cosa discrecional. Es un trámite administrativo que está sometido a una legislación que hay que observar y lleva un tiempo. Es muy frecuente que las peticiones sean de hoy para la semana que viene. Y, como prueba de que el control es necesario, está el hecho de que haya 56.000 inmigrantes colombianos ilegales en España".
En todo caso, sigue sin estar claro por qué lo que inicialmente fue denegado, tras una llamada o una carta de una o más personas influyentes, fue aprobado. ¿No se trataba de cumplir los requisitos?
LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES
187 intelectuales españoles apoyan a García Márquez en su rechazo al visado a los colombianos
Decenas de creadores firman una carta en la que tildan de 'insulto' la medida adoptada por España
EL PAÍS Madrid 23 MAR 2001
El texto, titulado Carta abierta de los intelectuales españoles al Gobierno de España en relación con la exigencia de un visado a los ciudadanos de Colombia, comienza recordando la penosa situación de miles de inmigrantes en nuestro país: 'A la ignominiosa reforma de la Ley de Extranjería, que entró en vigor el pasado 22 de enero de 2001, se suma ahora el insulto que el Gobierno de nuestro país acaba de infligir a los ciudadanos de Colombia, consistente en exigirles un visado (visa en América) para entrar en el territorio español'.
Recuerda que 'los colombianos Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Fernando Vallejo, William Ospina, Darío Jaramillo, Héctor Abad y Fernando Botero han dirigido una carta abierta al presidente del Ejecutivo español, José María Aznar, en la que, tras calificar de 'despropósito' la decisión adoptada en Bruselas por el ministro español del Interior, Mariano Rajoy, durante el Consejo de Ministros de la Unión Europea, añaden: 'Con la dignidad que aprendimos de España, no volveremos a ella mientras se nos someta a la humillación de presentar un permiso para poder visitar lo que nunca hemos considerado ajeno'.
Y concluye: 'Los abajo firmantes, todos ellos originarios del mundo de la cultura española en sus diversas ramas de expresión, se solidarizan con el contenido de la carta de sus compañeros colombianos y le expresan públicamente al Gobierno de España su repulsa ante dicha decisión ministerial'.
A media tarde de ayer el documento, promovido por el escritor Manuel Talens y el dibujante Antonio Fraguas (Forges), ya había sido firmado por 185 intelectuales.
A la carta encabezada por García Márquez se adhirió ayer la Asociación América-España, Solidaridad y Cooperación, que ha convocado para hoy una protesta de ciudadanos colombianos ante la Embajada de su país en Madrid.
Paso atrás
El colectivo afirma que la decisión del Gobierno de José María Aznar es un paso atrás en las relaciones entre ambas naciones que, además, abre un proceso de desunión. Por ello solicita a la Unión Europea que reconsidere la iniciativa de exigirles visado a los colombianos.
Mientras, el PSOE ha solicitado que el ministro del Interior, Mariano Rajoy, comparezca en el Congreso para explicar por qué 'el Gobierno ha permitido que España y diversos países de la UE' tomaran la decisión de exigir visado a los colombianos.
Gabriel García Márquez |
Política sin visado
¿Qué tiene Colombia con España que todo duele tanto? El Gobierno español exigía hasta ahora visado a tres países latinoamericanos: República Dominicana y Cuba, en total acuerdo con las administraciones respectivas, y Perú. Bajo una insoportable presión de la UE, España tiene, en cambio, que ponerle visado a Colombia, y se arma la marimorena.
Primero, seis destacadísimos colombianos, encabezados por Gabriel García Márquez, hacen pública una carta dolidísima de amor no correspondido, advirtiendo de que no pondrán los pies en nuestro suelo mientras rija la medida; acto seguido surge una contra-carta en la que muchas docenas de españoles, de alguna y bastante notabilidad, se solidarizan con la protesta poniendo el grito en el cielo, sin que antes sufrieran parecidos espasmos por otros países de nuestra cultura. Y, como colofón, añadamos que a todos los españoles que viajen próximamente a Colombia, los naturales, aunque les seguirán tratando de maravilla porque no consentiría otra cosa el genio de la hospitalidad nacional, es seguro que todo el mundo, desde el taxista hasta el señor ministro, les van a dirigir la palabra mentando el dichoso visado.
La UE exige ese documento porque Colombia tiene mala fama por causa de la cocaína y delincuencias anejas, y la libre entrada de colombianos en España hacía temer a los países de Schengen que la droga se les colara por esa puerta sin control. Lamentablemente, el polvo blanco llega sin permiso a todas partes, pero, como mínimo, hay que hacer ver que no se le dan facilidades. España, por añadidura, se abstuvo en la votación sobre el visado, pero sólo por inútiles razones de imagen, puesto que, al no disponer de veto, daba igual que se definiera en un sentido u otro.
España, por tanto, no es culpable; no podía hacer otra cosa, salvo mudarse de continente para soslayar el aprieto. Pero ello no deja menos de señalar las terribles contradicciones congénitas de la política exterior española. En este caso, tener más Europa equivale a tener menos América, y por lo mismo, aún menos Colombia, país en el que mencionar a España es algo que nunca deja a nadie indiferente.
Estamos ante un problema insoluble, donde no cabe otorgar premio ni recabar sanción. Pero lo evidente es que, sin América Latina, España tiene mucha menos política exterior e incluso es mucho menos España. ¿Qué cara pondrá Aznar cuando salude a Andrés Pastrana en la próxima cumbre iberoamericana? Ésa sí que es una política sin visado.
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