Ariel Castro |
El secuestrador de Cleveland,
hallado muerto en su celda
Ariel Castro fue condenado en agosto a cadena perpetua por secuestrar y violar a tres mujeres durante una década
AGENCIAS Washington / Nueva York 4 SEP 2013 - 07:15 CET
Ariel Castro, el hombre condenado a cadena perpetua por haber secuestrado a tres jóvenes durante una década en su vivienda de Cleveland, fue encontrado muerto la noche del martes en su celda de la prisión de Ohio, ha informado un funcionario de la cárcel. Castro, de 53 años, estaba aislado de otros reclusos del centro correccional oriente de Ohio y fue encontrado ahorcado hacia las 21.20 por los guardias de la prisión. El hombre fue trasladado a un hospital donde los médicos intentaron reanimarlo y después de 90 minutos lo declararon muerto.Apodado el monstruo de ClevelandAriel Castro fue condenado el 1 de agosto a cadena perpetua por haber mantenido encerradas durante diez años en su casa a Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesus. Durante ese tiempo Castro abusó sexualmente de ellas -Barry dio a luz a una hija del secuestrador- y las vejó manteniéndolas atadas y privándoles de comida.El cadáver de Castro ha sido trasladado al Centro Médico Wexner, de la Universidad de Ohio, donde finalmente se ha certidicado su muerte a las 22.52 (04.52 hora española). El cuñado de Castro, Juan Alicea, ha explicado a la cadena CNN que la familia se ha enterado de la noticia a través de los medios de comunicación porque las autoridades penitenciarias todavía no se habían puesto en contacto con ellos.Interrogado por este suceso, una funcionaria del servicio penitenciario ha asegurado que ya se ha puesto en marcha una "profunda investigación" y ha aclarado que Castro estaba en las mismas condiciones que el resto de presos. "Estaba bajo un régimen de custodia protector, lo que significa que estaba en su propia celda y que se realizaban patrullas cada 30 minutos, en intervalos escalonados", ha explicado.
Ariel Castro, el hombre condenado a cadena perpetua por haber secuestrado a tres jóvenes durante una década en su vivienda de Cleveland, fue encontrado muerto la noche del martes en su celda de la prisión de Ohio, ha informado un funcionario de la cárcel. Castro, de 53 años, estaba aislado de otros reclusos del centro correccional oriente de Ohio y fue encontrado ahorcado hacia las 21.20 por los guardias de la prisión. El hombre fue trasladado a un hospital donde los médicos intentaron reanimarlo y después de 90 minutos lo declararon muerto.
Apodado el monstruo de ClevelandAriel Castro fue condenado el 1 de agosto a cadena perpetua por haber mantenido encerradas durante diez años en su casa a Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesus. Durante ese tiempo Castro abusó sexualmente de ellas -Barry dio a luz a una hija del secuestrador- y las vejó manteniéndolas atadas y privándoles de comida.
El cadáver de Castro ha sido trasladado al Centro Médico Wexner, de la Universidad de Ohio, donde finalmente se ha certidicado su muerte a las 22.52 (04.52 hora española). El cuñado de Castro, Juan Alicea, ha explicado a la cadena CNN que la familia se ha enterado de la noticia a través de los medios de comunicación porque las autoridades penitenciarias todavía no se habían puesto en contacto con ellos.
Interrogado por este suceso, una funcionaria del servicio penitenciario ha asegurado que ya se ha puesto en marcha una "profunda investigación" y ha aclarado que Castro estaba en las mismas condiciones que el resto de presos. "Estaba bajo un régimen de custodia protector, lo que significa que estaba en su propia celda y que se realizaban patrullas cada 30 minutos, en intervalos escalonados", ha explicado.
Castro fue detenido a principios de mayo, después de una de sus víctimas se las arregló para huir de la casa en Cleveland, donde el exconductor de un autobús escolar mantenía cautivas a las tres mujeres. En agosto evitó la pena de muerte, el máximo castigo en el Estado de Ohio, tras declararse culpable de los 977 cargos que pesaban contra él.El día del juicio, el condenado pidió perdón a sus víctimas al inicio de la audiencia. "No soy un monstruo. Estoy enfermo", dijo. "Creo que yo soy también una víctima", sostuvo vestido con el típico mono naranja de los presidiarios y una prominente barba. Castro relató entonces que había sufrido abusos sexuales siendo joven y habló también de su adicción a la pornografía. "No estoy tratando de poner excusas. Sé que obré mal, pero no soy una persona violenta", dijo.
Castro fue detenido a principios de mayo, después de una de sus víctimas se las arregló para huir de la casa en Cleveland, donde el exconductor de un autobús escolar mantenía cautivas a las tres mujeres. En agosto evitó la pena de muerte, el máximo castigo en el Estado de Ohio, tras declararse culpable de los 977 cargos que pesaban contra él.
El día del juicio, el condenado pidió perdón a sus víctimas al inicio de la audiencia. "No soy un monstruo. Estoy enfermo", dijo. "Creo que yo soy también una víctima", sostuvo vestido con el típico mono naranja de los presidiarios y una prominente barba. Castro relató entonces que había sufrido abusos sexuales siendo joven y habló también de su adicción a la pornografía. "No estoy tratando de poner excusas. Sé que obré mal, pero no soy una persona violenta", dijo.
Michelle Knight |
Michelle Knight a su secuestrador:
“Ahora empieza tu infierno”
Ariel Castro ha sido condenado a cadena perpetua por homicidio, torturas y violaciones.
La mujer que más sufrió sus agresiones le dice en la vista que ella, pese a todo, se recuperará.
El 'monstruo de cleveland' insiste en que no es “el monstruo que todos quieren pintar”
EVA SAIZ Washington 1 AGO 2013 - 19:48 CET
“He pasado 11 años en el infierno, pero ahora comienza el tuyo”. Michelle Knight, la joven que más tiempo estuvo sometida a las vejaciones de Ariel Castro, el hombre que la mantuvo cautiva durante una década, junto a Amanda Berry y Gina DeJesus, en su vivienda de Cleveland, Ohio (EEUU), es la única de las tres mujeres que ha comparecido este jueves en la vista en la que se le ha condenado a cadena perpetua. La semana pasada, el secuestrador accedió a declararse culpable de los 937 cargos de los que se le imputan --que incluyen homicidio agravado, torturas y violaciones-- para eludir la pena de muerte a cambio de una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Durante el proceso, que todavía continúa, la fiscalía ha presentado nuevos detalles del tormento por el que pasaron las tres jóvenes.
Vestido con el mono naranja de presidiario, esposado y con gafas, Castro entró a la sala del juzgado pasadas las nueve y media de la mañana. “Quiero pedir perdón a las víctimas”, dijo. Al final de la vista, el secuestrador ha insistido en que no es “el monstruo que todos quieren pintar”. “Cuando secuestré a la primera víctima no lo tenía planeado”, ha insistido. “No soy una persona violenta. No quiero ponerlo como excusa, pero yo estoy enfermo”. Castro ha tratado de justificar su comportamiento en una infancia de abusos y se ha presentado como una persona normal que formó su propia familia e iba a la iglesia a menudo. Su defensa lo ha presentado como un enfermo mental, pero uno de los psiquiatras forenses que han intervenido en la audiencia ha asegurado que no padece ningún trastorno.
Knight no ha mirado en ningún momento a Castro pero se ha dirigido a él directamente a lo largo de toda su intervención. “No voy a dejar que lo que tú me has hecho me defina”, ha indicado con la voz atenaza pero aparentemente tranquila. “La pena de muerte sería lo más fácil para ti, pero lo que te mereces es pasarte toda la vida en prisión”. Knight tenía 21 años cuando fue secuestrada el 22 de agosto de 2002 y ha sido la víctima que más ha padecido los abusos y vejaciones de su captor, quien le provocó al menos dos abortos tras golpearla en el abdomen y a la que obligó a ayudar a dar a luz a la hija que tuvo con Berry, amenazándola de que si el bebé moría, ella correría la misma suerte. Knight fue la única de las tres secuestradas que no regresó a su hogar tras ser liberada. La relación con su familia es ambigua. Este fin de semana se la vio en un concierto del rapero Nelly.
Antes de que Knight apareciera en el estrado, la fiscalía desveló más datos sobre las atrocidades a las que Castro sometió a sus víctimas. Por primera vez se han mostrado imágenes de los cuartos en los que mantuvo cautivas a las jóvenes y fotos de las cadenas con las que las tuvo atadas la mayor parte del tiempo. “Tenían unos 30 metros y pesaban casi 45 kilos”, ha indicado uno de los agentes.
Castro torturaba a sus víctimas jugando con ellas a la ruleta rusa con una pistola. “La utilizaba para mantener el control”, confesó Castro al FBI durante uno de sus interrogatorios. El secuestrador solo alimentaba a las jóvenes una vez al día y cada vez que abusaba sexualmente de ellas les tiraba dinero. “Para que luego me lo dieran y les pudiera comprar regalitos cuando salía de casa”, señaló Castro en esos interrogatorios. El hombre mantenía un diario en el que iba anotando cada una de sus atrocidades.
El memorandum que la fiscalía presentó este miércoles sobre la conducta de Castro describe cómo, en 2005, mantuvo durante un fin de semana encerradas en su camioneta en el garaje de la casa a las tres chicas mientras tenía una visita. Los detalles son espantosos. Knight ha asegurado que se sobrepondrá, los familiares de sus compañeras de cautiverio, que han comparecido en su nombre, también insisten en que esperan dejar atrás ese sufrimiento.
¿Cómo desaparecieron las tres chicas de Cleveland?
Amanda Berry, Georgina Dejesus y Michelle Knight tenían 17, 14 y 21 años cuando fueron secuestradas entre 2002 y 2004
EL PAÍS Madrid 7 MAY 2013 - 11:23 CET
Amanda Marie Berry todavía no había cumplido los 17 años cuando fue secuestrada el 21 de abril de 2003. Un día antes de su cumpleaños, Berry llamó a su hermana cuando salía de su trabajo en un Burguer King de Cleveland para decirle que le iban a acercar a casa, según la BBC. Esa fue la última vez que su familia supo de ella. Hasta ayer, cuando la chica llamó a la Policía desde la casa de un vecino diciendo que había estado diez años desaparecida, pero que ahora estaba libre. Su madre Louwana no volvió a verla jamás porque murió en marzo de 2006, tres años después de perder a su hija. El único que ha declarado por el momento es su cuñado Ted Serrano: "Está bien. Me ha dicho que ha tenido una hija". Es posible que se refiera a la niña de seis años que los agentes encontraron en la vivienda, aunque la Policía no lo ha confirmado.
Georgina Lynn Dejesus fue secuestrada un año después de Berry. Volvía del colegio, pero nunca llegó a casa. Tenía 14 años. "Ella sabía que estábamos buscándola. Estábamos esperando a que regresara a casa", ha dicho emocionada su tía Sandra Ruiz, según muestra un video de la BBC. Su prima Sylvia Colon contó a la CNN que la madre de Dejesus nunca perdió la esperanza de encontrarla: "Siempre creyó que Gina [como la llama su familia] seguía viva y estaba bien".
Junto a ellas, ha reaparecido otra mujer de 31 años, Michele Knight. Su desaparición se registró en 2002, cuando la joven contaba 19. Fue vista por última vez en casa de su prima el 23 de agosto de ese año, según el diario local de Claveland, The Plain Dealer. En su caso, existen todavía muchas dudas respecto a si estaba secuestrada o permanecía en la casa voluntariamente. Su familia pensaba que se había fugado de casa enfadada porque le habían quitado la custodia de su hijo. La madre de Michelle creyó verla hace años en una furgoneta con un hombre mayor en una zona comercial.
Las tres ya han sido dadas de alta en el MetroHealth Medical Center de Cleveland, donde permanecieron ingresadas durante unas horas. El Dr. Gerald Maloney fue el encargado de confirmar que su estado de salud era bueno: "Pueden hablar y están bien".
“Soy Amanda Berry. Estoy libre”
Tres hermanos, de entre 50 y 54 años, han sido detenidos, uno de ellos el dueño de la casa
Las chicas tenían 14, 16 y 20 años cuando desaparecieron
EVA SAIZ Washington 7 MAY 2013 - 17:11 CET
"Soy Amanda Berry. Fui secuestrada y llevo desaparecida los últimos 10 años. Estoy aquí y estoy libre, por favor ayúdenme". Esta llamada desesperada en busca de auxilio puso fin, en la tarde del pasado lunes, a los 10 años de cautividad de Amanda Berry, Georgina DeJesus y Michelle Knight. Las tres desaparecieron cuando eran adolescentes, con un intervalo de un año en el mismo barrio, al oeste de Cleveland (Ohio), y fueron halladas por la policía en aparente buen estado de salud en una vivienda muy cerca de donde se las vio por última vez. Junto a las jóvenes, se encontraba una niña de seis años. Las autoridades han detenido al propietario de la casa, Ariel Castro, y a sus dos hermanos en relación con el secuestro.
La llamada de Berry llevó a la policía hasta el 2207 de la Avenida Seymour, la modesta vivienda de dos pisos en la que el FBI, a cargo de la investigación, cree que permanecieron las tres jóvenes, durante estos 10 años. Las autoridades aún no han facilitado ninguna información de cómo fue su cautiverio, dónde las mantuvieron encerradas o cómo consiguieron sobrevivir. “Quedan muchas preguntas y no vamos a especular”, aseguró ayer en rueda de prensa el subjefe de la Policía de Cleveland, Ed Tomba. Lo único que confirmaron los investigadores es que la menor es hija de Berry, aunque no desvelaron la identidad del padre.
Berry tenía 16 años cuando, el 16 de abril de 2003, justo un día antes de su 17 cumpleaños, avisó a su hermana de que la iban a llevar a casa de regreso de su trabajo en una hamburguesería. Fue la última noticia que su familia tuvo de ella. Un año después, DeJesus, de 14 años, desapareció cuando regresaba de la escuela. Para entonces, la familia de Knight, llevaba dos años sin saber de ella. La joven fue vista por última vez el 23 de agosto de 2002, cuando salía de casa de su primo. Tenía 20 años. La policía abandonó su búsqueda, convencida de que esta había decidido romper voluntariamente los lazos con su familia, tras perder la custodia de su hijo.
A lo largo de estos últimos 10 años la ausencia de pistas fiables o de señales de vida de las jóvenes, hizo temer lo peor a sus familiares y amigos, hasta que la llamada de Berry les devolvió la ilusión y puso fin a una década de búsqueda infructuosa.
Los presuntos responsables del secuestro, Castro, de 52 años, y sus hermanos, Pedro, de 54, y Oneil, de 50, se encuentran en prisión a la espera de que un juez les lea los cargos. El primero es el único que residía de manera habitual en la vivienda en la que permanecieron cautivas las tres jóvenes y fue identificado por la propia Berry en su llamada al 911. Castro es un antiguo conductor de autobuses escolares que también se dedicaba a tocar el bajo en varias bandas de la ciudad y que solía tocar en un local regentado por el tío de DeJesus.
Castro, denunciado pero no procesado por violencia doméstica en 1993, no era un desconocido para las fuerzas de seguridad. De acuerdo con el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, había mantenido contacto con la policía en 2000 y 2004, aunque nunca en relación con la desaparición de las jóvenes. Los agentes llegaron a acercarse a la casa en la que las mantenía encerradas en dos ocasiones. La primera fue en respuesta a una llamada del propio Castro, que denunció una pelea en el vecindario, y la segunda, para investigar el abandono de un menor en el autobús que conducía. Las autoridades llamaron a su puerta, pero nadie les respondió.
Berry, DeJesus y Knight fueron trasladadas a un hospital de la localidad en la noche del lunes y ayer por la mañana fueron dadas de alta. Aunque no ha trascendido información sobre su estado de salud, uno de los doctores del centro médico aseguró que todas estaban a salvo y que habían recibido “el tratamiento adecuado a sus condiciones”.
En todo este tiempo, los vecinos de Castro jamás sospecharon que el 2207 de la Avenida Seymour se había convertido en la cárcel de tres adolescentes y una menor, hasta que a las seis de la tarde (hora local) del pasado lunes, comenzaron a escuchar unos gritos desesperados procedentes de la vivienda. Charles Ramsey, un residente de la zona, vio a Berry golpeando la puerta tratando de salir. Ramsey, junto con otros vecinos, trataron de tirar abajo la puerta, al comprobar que eran incapaces, forzaron la compuerta inferior, por la que logró escapar Berry, en su primer paso hacia la libertad. La joven, que ahora tiene 27 años, iba en pijama y con unas alpargatas y sujetaba a la niña de seis años entre sus brazos.
“Berry es la verdadera heroína de esta historia”, reconoció Tomba. La joven parece ser la clave principal para desentrañar todas las dudas que rodean al secuestro, de acuerdo con los investigadores. Pero su colaboración tendrá que esperar. “De momento queremos que pasen un tiempo con sus familias. Lo más importante ahora es su salud física y mental”, aseguró Tomba.
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